Se cierran los ojos mientras pasan las notas de aquella canción
de fondo. Aquella que hace daño, que hace perder el sentido de la historia. Pero
mantengo cada historia intacta. Porque cada una es verdadera. Real. Independientemente
de que sea triste o sea ridícula.
Claro que sí. Cambiaría el universo por un grano de arena y
el mar, por un vaso de agua. Pero bajo la vista, y veo la línea de luz que atraviesa
la cinta que tapa mis ojos. Y dejo de cambiar imposibles, para coger la opción de
no aprender con cada chasco. De ponerle freno a todo esto. De no saltar con el
coche en marcha y seguir sobreviviendo. Pero, no quiero sobrevivir si eso
significa que en algún momento tengo que estar en peligro.
No quiero vender a ninguna catástrofe más.
c,gonzález
Me encanta!!! pero nada de catástrofes o dramones, ehh!! :)
ResponderEliminarUn abrazo